viernes, 13 de noviembre de 2009

50 años de "Con Faldas y a lo loco"

En el presente año, se ha cumplido el 50 aniversario de una de las grandes cintas del cine... CON FALDAS Y A LO LOCO. Se ha escrito y se ha dicho mucho sobre esta película y desde Sunset Boulevard queremos rendir nuestro pequeño homenaje contando alguna curiosidades para que todos/as que no sepáis nada o casi nada de la misma os entre el gusanillo y descubráis una de las grandes joyas del séptimo arte.
Además de recomendar esta obra de arte, os recomiendo el resto de la filmografía de su director, el irrepetible BILLY WILDER. Como bien dijo el cineasta español Fernando Trueba, “Me gustaría creer en Dios, pero sólo creo en Billy Wilder”.


Director: Billy Wilder.
Guión
: Billy Wilder e I. A. L. Diamond, inspirado en un relato de Robert Thoeren y Michael Logan.
Música: Adolph Deutsch.

Intérpretes
: Marilyn Monroe ("Sugar Kane"), Tony Cutis (Joe), Jack Lemmon (Jerry), George Raft (Spats Colombo), Pat O´Brien (Mulligan), Joe E. Brown (Osgood Fielding III).

Producción: United Artists. 121 minutos. B/N.


SINÓPSIS

Chicago 1.929. Dos músicos en paro presencian casualmente la matanza del día de S. Valentín. Sin dinero y con la intención de salvar el pellejo, los músicos se contratan en una orquesta de señoritas, que se marcha de gira al día siguiente. Todo va bien hasta que Joe (Josephine) se enamora de Sugar, una chica que toca en la orquesta y trama un plan para seducirla. Mientras, Jerry (Daphne) conoce a Osgood, un auténtico millonario que también tiene sus propios planes para el futuro.

COMENTARIO

El anecdotario de esta película es muy rico: por él sabemos que el rodaje fue un infierno. En primer lugar, Marilyn quería que la película fuera en color. Luego se negó a adelgazar diez kilos. Pero lo peor estaba por llegar. Con faldas y a lo loco engrosó la leyenda de las manías de la actriz. Siempre llegaba tarde, estaba de mal humor y olvidaba sus diálogos. Aunque cueste creerlo, hubo una escena que tuvo que rodarse cincuenta y nueve veces. Debía pronunciar sólo: "¿Dónde está esa botella de bourbon?", mientras la busca en un cajón. Wilder llegó a decir que la estrella, como su personaje en el film, tenía "los senos de piedra y el cerebro de queso de gruyère". Y el director se sintió tan aliviado cuando terminó el rodaje que exclamó: "¡Ahora puedo mirar a mi esposa sin sentir deseos de golpearla por el mero hecho de ser mujer". Tampoco fue buena la relación de Marilyn con Lemmon y Curtis. Este, al acabar la última toma (la veintisiete) de la escena en la que se tiene que dejar seducir por los besos de la actriz, declaró: "Jamás me había aburrido tanto. Me ha hecho el mismo efecto que si hubiera besado a Hitler".

En esta película encontramos un guión perfecto (delirante, cínico, de ritmo endiablado) que se iba haciendo a medida que rodaban, y unos actores excelentes. La actuación de los tres protagonistas es inolvidable. Uno sólo piensa en seducir a la guapa cantante del grupo -inolvidable Curtis imitando a Cary Grant-. El otro se promete con un viejo millonario, no porque sea homosexual, sino porque le encanta el dinero y la idea de que le mantengan. Y Marilyn está encantadora como siempre (siempre la recordamos tocando el ukelele en el tren), aunque con mayor y más variados matices de lo habitual.

Nadie es perfecto. Es verdad. Pero hay un puñado de películas que sí lo son. Y esta es una. Una comedia magistral, que ha ido mejorando con los años, confirmando su condición de obra maestra.




Publicado por Fernando Montano Galvañ.

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